TÉMPORAS DE ACCIÓN DE GRACIAS

Una celebración litúrgica, situada al comienzo de curso, y que nos pasa un poco desapercibida es la llamada «témporas de acción de gracias». Con ella la Iglesia trata de educarnos en tres actitudes fundamentales del cristiano: la petición de perdón, la súplica y la acción de gracias. Las tres actitudes responden a la conciencia que debemos tener de nuestra pequeñez y miseria, y a su vez de la grandeza y generosidad de Dios. El beato Álvaro del Portillo, sacerdote, solía repetir la siguiente jaculatoria, que también nosotros podemos hacer nuestra: «Gracias, perdón y ayúdame más”.

Pero para que esta jaculatoria no se quede en palabras vacías, conviene que nos preguntemos:

Gracias: ¿Reconozco mis cualidades personales y bienes materiales como regalos de Dios, o los considero míos por mérito propio?

Perdón: Al reconocer mi miseria, ¿pido perdón con la esperanza de que ese Amor que se me da de nuevo es capaz de regenerar mi vida? No es como un «quitarnos las multas» sino una sanación interior.

Ayúdame más: El Señor nos concede en cada momento las gracias que necesitamos. En cada presente debemos pedir las gracias que nos corresponden sin pensar que podemos vivir de las «rentas» de las gracias recibidas en otro tiempo. Y pensar que Dios siempre nos escucha y atiende nuestras oraciones.

“Gracias, perdón y ayúdame más» son todo un programa de vida cristiana. Os animo a vivirlo. Que el Señor os bendiga.

Jesús con Sus Discípulos

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