«No juzguéis»

Por Patxi Bronchalo

En el Evangelio una de las enseñanzas más importantes de Jesús es cuando dice: «No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque seréis  juzgados como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros”. Personalmente os confieso que este Evangelio me llama a la conversión una y otra vez, y me recuerda que sin Dios es imposible no hacerlo y dejarse llevar por los juicios a otros.

Veo al mismo tiempo que hay mucha confusión en algunas personas en esto porque piensan que señalar que un acto está mal es juzgar. Hay que entender bien lo que Jesús está señalando con su enseñanza, Él se refiere a no entrar a ser Dios con los demás y ser su juez, pero señalar que un acto es malo y está mal no es juzgar el corazón de nadie. Juzgar es creerse mejor que la persona que comete el acto malo, es ver su mota en el ojo y no la viga del propio.

Jesús mismo señala el mal y el pecado en muchas ocasiones, por ejemplo cuando dice que quien rechaza a su mujer y se casa con otra comete adulterio; o cuando hace ver a los fariseos que van a lapidar a la mujer adúltera que ellos merecerían lo mismo por sus actos a los. No nos cansemos de repetir esto una y otra vez, la Iglesia no condena a la persona pero señala las acciones que son malas y da orientaciones para formar la conciencia acorde a lo que objetivamente está bien y está mal. La misericordia con los que somos pecadores va unida a mostrar lo que es pecado, así lo hizo Jesús.

Christ Heals the Woman with a Haemorrhage

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